jueves, 29 de julio de 2010

UN PARAISO LLAMADO EL NIDO



"En estos cinco días hemos encontrado la prueba irrefutable de que Dios no existe... o al menos ese dios justo y bondadoso del que hablan los cristianos... ningún dios así podría concentrar tanta belleza en un solo sitio... decenas de islas con cientos de playas idílicas, paraísos a los que se accede por un hueco de no más de un metro, sitios de buceo exuberantes y todo prácticamente virgen"



Lunes 26 de Julio

Nos

levantamos al alba para desayunar super rápido y coger la van hacia el nido. La van no llega y tras quejarnos

a la recepcionista aparece otra van llenísima (creemos que distinta a la prevista) bastante incómoda(se aconseja reservar con antelación

si quieren un sitio cómodo en la van) . Nos toca sentarnos separados. Al lado de Emili está el Americano Marco de Nebraska y la extrovertida Bo de Seúl.

El viaje es pesadísimo a pesar de los maravillosos paisajes…más de 6 horas por unas carreteras que a veces son pistas llenas

de baches.

La llegada al Nido es gloriosa…Se empiezan a adivinar las islas Bacuit. Serge se queda en la estación con las mochilas

mientras Emili consigue reservar una habitación con vistas al mar en el Rosanna’s Cottages, que recomendaba la guía, pero sólo para dos noches. La habitación está en la 2nda planta y tiene un balcón enorme en primera línea de playa. No tiene aire acondicionado pero es muy agradable, nos cobran 1000 pesos por noche.

Comemos en lo que va a acabar siendo uno de nuestros lugares más habituales: el Ric’s Son. El bar tiene una decoración tropical, todo de madera, y por la noche ponen antorchas en la playa y mesas con manteles y velas. La comida es buenísima y las actuaciones en directo agradables. Reservamos el Tour A para el día siguiente en nuestro hotel (casi por todas partes ofrecen los mismos tours casi por los mismos precios). Dormimos un rato y nos bañamos en la playa. Buceando, descubrimos los espléndidos fondos…corales y peces que hay en la misma playa. Pasemos por El Nido que es un pueblito de 3 calles con la mayoría de locales en la misma playa, y ninguno de más de dos plantas. Predomina la decoración tropical, los balcones de bambú, los suelos de madera.

Cenamos en el bar más alejado de la playa, cuya comida resulta un poco mediocre y el ambiente un poco soso. Volvemos al meollo en el “Slug Bar” donde tomamos unas copas en la playa con música en directo como en el vecino “Ric’s Son”. Serge está agotado y se va adormir. Emili se toma un par de cervezas en la peculiar disco de El Nido. Está llena de chicas que buscan líos con los turistas.

Martes 27 de julio “Tour A” (600 pesos por barba- 10€)

Nos levantamos ilusionados con la excursión y desayunamos estupendamente en un bar en frente del hotel. La excursión la componemos nosotros dos, un

inglés y los dos tripulantes del barco.

Primero nos llevan a una isla cuyas vistas llegando son impactantes, pero nada que ver con las maravillas que nos esperan. El agua es transparente y deja ver unos fondos que quitan el hipo. Nos llevan por una especie de desfiladero de aguas turquesas con los laterales llenos de plantas. Vamos nadando hasta el “Lago pequeño”; todo es fascinante.

Hay cuevas a las que se accede sólo nadando indescriptibles. ¡Qué pena no tener una cámara subacuática! ¡Un paraíso!

Nuestra segunda etapa nos lleva a una especie de fiordo llamado “Lago grande”, también genial.



Luego nos llevan a comer a otra isla y nos proponen buceo mientras nos preparan la comida. Los fondos son de los que quitan el habla. Buceamos un montón de tiempo

hasta quemarnos la espalda por completo. Vemos todo tipo de peces de todos los colores del arcoíris. Los corales son inmensos y como no cubre ni tres metros de

profundidad, no hace falta ni meter la cabeza para apreciarlos. Comemos atún, ensalada y pos

tre. Es increíble que además de una visita inolvidable nos den de comer y todo por 600 pesos (10€).



La siguiente parada es en una playa preciosa con rocas muy abruptas. El guía nos

muestra un hueco en las rocas por donde hay que pasar. Serge se asusta y se queda en la playa. Tras el hueco se esconde un lago (“Lago secreto”) rodeado de paredes de piedra llenas de plantas. Arranca a llover muy fuerte pero da igual; el mar está muy

calentito y la belleza del lugar hace que nada importe. Al volver a la playa reaparece el sol. Allí descansamos un rato.

Nuestra última parada es en el Seven Comander, otra preciosa playa con bonitos fondos y que, para redondear la situación, tiene un chiringuito en el que tomamos cocos naturales y cervezas. El dueño, un manitas con el machete, nos esculpe una cuchara con la corteza del coco. Todo esto en medio de una interesante conversación entre unos filipinos, el americanos y la coreana que hacían las misma excursión con otra compañía, y nototros con el inglés (Oliver, como el guía).

Extasiados de tanto esplendor, y agotados por el buceo, volvemos al Nido con un sol radiante.

Buscamos donde alojarnos y cuando ya parece que hemos encontrado, nos comunican que no puede ser al llevar la ropa a lavar (el sitio hace también de lavcandería). Tras visitar varios sitio que no nos gustan mucho, encontramos una cabaña con aire acondicionado en el jardín de una casa frente al Ric’s Son. Es pequeña pero tiene buen baño y un balcón con sillas y mesa (900 pesos). La reservamos para el día siguiente.

Cenamos en el Ric’s Son, contratamos allí el Tour C. Vamos a la “disco” que aún está peor que al día anterior. Nos acechan las lobas. Llueve y nos vamos al hotel donde compramos los billetes de avión para Cebú (2100 pesos por barba) y Dumaguete-Manila (1300 pesos por barba). Llueve y nos vamos a dormir.














PALAWAN: BAHIA HONDA



Domingo 25 de Julio.

Desayunamos aún más pronto que el día anterior. La guía de la excursión parece una sargento, pero buena gente. Nos recoge puntual, y de camino a por los otros acompañantes, nos damos cuenta de que nos dejamos la cámara en el hotel. El chofer nos lleva de vuelta a recogerla.

La excursión, la componemos una Inglesa muy simpática, una pareja de dos chicos escoceses (uno se llama Andrew y el otro tiene rasgos orientales) y un grupito de Belgas Filipinos. Llegamos al embarcadero con la furgoneta donde esperamos al barco.

Nuestros compañeros de paseo

Durante la excursión visitamos 3 islas, todas con buenos fondos de buceo que nos muestra pacientemente Lito, uno de los tripulantes. Incluso acompaña a Emili para dar la vuelta a la última isla, que está rodeada de playas.

Así pasamos un día estupendo con buena comida preparada por la guía, carne, pescado, ensalada, berenjenas fritas y fruta tropical, todo por 1500 pesos. El día empezó nublado e incluso llegó a llover bastante, pero al final salió el sol en la última isla.

Pandan Island

Volvemos a Pto Princesa, descansamos, encargamos la van para El nido, cenamos en el Kinabuch y nos acostamos pronto para levantarnos al día siguiente a las 6 y media.,

EL RIO SUBTERRANEO


Nos levantamos a las 7 para estar a punto para la excursión y aún así nos pilla desayunando el simpático guía (no entendemos esta necesidad de hacernos madrugar para las excursiones). Nos vamos con la furgoneta a recoger al resto de compañeros de excursión. Las dos hora de excursión están amenizadas por el locuaz Harry y una paradita para descansar antes de llegar a Sabang. Serge se dejo la documentación necesaria para entrar al parque nacional. Al final, todo queda en un susto, y cogemos un barquito durante media hora que nos lleva a una preciosa playa. Andamos 500 m. por una jungla repleta de mosquitos hasta llegar al embarcadero definitivo, frente a la entrada del rio subterráneo. El paraje es de una gran belleza. Vamos con un grupito muy simpatico con un “capitán” más simpático aún (el rio es una corriente de agua que se mete en la montaña varios kilómetros, de los que se visitan kilómetro y medio).


El rio está en una cueva enorme llena de murciélagos y es una maravilla natural.

De vuelta a la playa vemos un lagarto gigante (de más de un metro de largo y por lo menos 40 kg. de peso) típico de la zona. Tras otro paseo en barco, llegamos a Sabang, donde nos tienen preparada una variada comida-buffet que incluye un coco natural para beber (es genial que te lleven de excursión, te den de comer por 1100 pesos y que esto incluya las entradas). De repente arranca a llover a cántaros mientras nos bañamos en la playa. Nos refugiamos bajo un toldo y cuando se calma la lluvia volvemos agotados hacia Puerto Princesa. Hacemos una siesta, recogemos la ropa en la lavandería, y de paso reservamos mesa en ka Lui. Nos vamos a merendar (en Filipinas también se dice “merienda”) al Café Itoy’s con el ordenador. Volvemos al hotel a asearnos y vestirnos para cenar. Ka Lui está muy cerquita de Casa Linda. Es bastante elegante y tienen un menú para 2 personas a muy buen precio. En la mesa de al lado vemos a los primeros españoles de Filipinas. Nos hablan maravilla del Nido y nos convencen para ir directamente allí. La cena es muy variada e incluye algas, pescado, mariscos y postre por unos 600 pesos (5€ por barba). Para cambiar, nos vamos a otro bar con música en directo que Serge nos soporta. Tras unas cuantas copas nos vamos a dormir.

PALAWAN: PUERTO PRINCESA


Desayunamos estupendamente en la cabaña del patio tropical del hotel (en general los hoteles de categoría media no incluyen el desayuno pero suelen ofertar menús-contiental, americano…- por un modico precio). Conseguimos habitación en el Casa Linda que está genial y cuesta 900 pesos por las mismas prestancias que el otro…además la habitación es muchísima más bonita (el Hotel Casa Linda tiene todas las habitaciones muy bien decoradas que dan al patio central, lleno de plantas tropicales. Además tiene unos agradables espacios comunes de madera, en la que la gente suele andar descalza). Emili da una vuelta y visita turismo, donde le informan cómo funcionan los tours de la zona. También localiza una lavandería donde llevamos la ropa (unos 30 pesos el kilo). Al final, por menos de 3 euros, tenemos toda la ropa limpia además de varias prendas planchadas. Contratamos el tour del rio subterráneo(1100 pesos) y la excursión a la Bahia Honda (1500 pesos).
Las dos excursiones incluyen la comida y las entradas y permisos.

Nos vamos en tricicle a la White beach (50 pesos, 90 céntimos de euros)…todos los tricicles de la puerta del hotel cobran 50 pesos por distancias cortas mientras que cincuenta metros más allá, no cobran más de 20 pesos por trayecto. La playa nos decepciona un poco, porque aunque el agua está transparente y las vistas son bonitas, es minúscula, sin apenas arena (marea alta) y encima…de pago (ver foto).


Tras unos bañitos, volvemos al Puerto y vamos a comer cerca de la catedral, al restaurante Neva’s place. Emili come una buena pizza y Serge pasta a buen precio en un patio tropical(=mosquitos….si van a Palawan, no olviden llevar 10 litros de repelente). Hace un día soleado pero con muchísimo calor. Visitamos como zombies la “Catedral”, una iglesia neo-gótica bastante normalita (ver foto). A pesar del calor decidimos ir caminando al museo que está relativamente cerca, y casi derretidos nos refugiamos en un café japonés de la plaza. Recuperados gracias al aire acondicionado del bar visitamos el caótico museo en el que se encuentra un poco de todo. Volvemos al hotel a descansar. Averiguamos la contraseña wifi del hotel (casalindainn) y pasamos un rato con el ordenador. Salimos al Kinabuch a tomar algo y acabamos cenando allí. La cena nos encanta. Serge prueba el Lapu Lapu (pescado delicioso) y Emili Mixed seafood with oyster sauce, una especie de plato oriental con mariscos…¡¡¡buenísimo!!! Para alegrar la cena, pedimos un vino blanco de California (600 pesos, 10€, que a pesar de parecer razonable en Europa, es un artículo de lujo en Filipinas). Completamos la velada con un par de gin tonics y el total nos sale por 1400 pesos, nuestra comida hasta ahora más cara en Filipinas, pero que resulta irrisorio en Europa (no llega a 12 euros por barba). Nos acostamos pronto porque la excursión empieza a la 7 y media de la madrugada.

DE BAGUIO A PALAWAN PASANDO POR MANILA

Jueves 23 de Julio

Desayunamos temprano en el hotel y Emili aprovecha para pasear por Baguio (El vaguio de Serge se queda duchándose). De día y con sol parece otra ciudad, animada y bastante menos agobiante. El el parque hay gente haciendo footing, paseando o montando en barco por el barco. De vuelta al hotel Emili compra unos buenísimos lichies (30 pesos por medio kilo). La guagua sale a las 11 y cuarto por lo que nos vamos prontito en tricicle a la estación. La guagua llega pronto pero nos anuncian que no habrá comida con lo que nos devuelven 100 pesos por barba (1,6€). Eso significa que pararemos a comer y nos ponemos nerviosos ya que tenemos el tiempo muy ajustado en Manila (llegamos teóricamente a las 3 y cuarto, tenemos un trayecto de hora y media de taxi, y el avión sale a 17:50 h.). La guagua es muy cómoda, de las de dos asientos más uno, lo que hace bastante llevadero el trayecto. Al final la comida nos retrasa sólo de un cuarto de hora con lo que llegamos a las 3 y media.

Típico jeepney de Baguio

Tras pelear con varios taxistas manipulados por gorrillas, nos engancha un “Fitipaldi” que nos planta, acojonados por tanta velocidad y temeridad, en el aeropuerto en media hora (el taxímetro marca 210 pesos y acabamos dándole 300…se lo había ganado). Ya con tiempo de sobra facturamos y tomamos un café, y Emili una lasagna en el Café Illi del aeropuerto (precios de ídem…o sea carito). Miramos internet con una contraseña un poco vulgar (12345678). El vuelo es super puntual y llegamos a Puerto Princesa a eso de las 19:00 horas.

Ya desde la llegada respiramos un aire distinto…todo es más tropical, tanto el comportamiento de la gente como el clima. Llegamos en tricicle al hotel Casa Linda, que parece estupendo pero lleno. Ya es de noche sin hotel…aiaiai…

Emili se que queda en la recepción y Serge se pasa un buen rato buscando una habitación correcta y no demasiada cara. Al final nos quedamos en el Badjao por 1200 pesos (habitación amplia y cómoda con aire acondicionado, patio interior muy agradable), pero sólo podemos para una noche. Ya más tranquilos salimos a tomar algo al Kinabuch, un restaurante bar que parece lo más animado de la zona y que está justo al lado del hotel. Serge pide unos calamares y tomamos cervezas (El Kinabuch tiene buena comida y siempre está con gente).

viernes, 23 de julio de 2010

miércoles, 21 de julio de 2010

Vigan

Nos levantamos y desayunamos en la gran sala (ver fotos al lado). Nos sentimos como terratenientes a pesar de lo escaso que es el desayuno (como siempre en Filipinas parece que la mantequilla esté a precio de oro). La casa de día parece un verdadero museo y se nota menos la falta de limpieza.
Tras asearnos hacemos fotos de la casa por las que acabamos discutiendo un poco (el cansancio acumulado del jet lag va haciendo mella).
Salimos a pasear y comprobamos cuál encantadora es la ciudad,
aunque como la casa le vendrían bien algunas reformas. Hay calesas por todas partes que ayudan aún más a trasladarte al tiempo de la colonia española. Decidimos subir a una que se nos propone (150 Pesos una hora-2,5€). El chófer nos lleva a ver los principales monumentos como la catedral o una iglesia con un campanario del siglo XVI. Emili lo visita con un guía. Desde arriba las vistas son soberbias. También visitamos un museo que está en peor estado que nuestro hotel.



Empieza a llover bastante por lo que nos rendimos a las evidencias y compramos dos paraguas. Sacamos dinero (hay dos tipos de cajeros, los que cobran una comisión y los que no) y tras pasear un rato vamos a comer a un restaurante de la plaza de la casa Max's (un especie de KFC local). La comida es mediocre pero al menos tienen wi-fi gratis (la contraseña era fishfillet, se ve que les encantan los nombres de platos). Serge monopoliza el ordenador con lo que Emili se aburre y se enfada (segunda discusión del día). Tras hacer las paces, nos tomamos unas copas en el Café Leona (un restaurante pub Karaoke muy agradable y céntrico). Entramos en la casa del ex presidente Quirino y conocemos a su nieto (aunque la visita parece gratis damos 50 pesos, unos 90 céntimos de euros). La casa es inmensa y la segunda planta, la que se corresponde con la vivienda, es suntuosa.
Como seguimos con el sueño cambiado, nos vamos a dormir una siesta que dura dos horitas. Al despertarnos, salimos a tomar unas cervezas y cenar en el Café Leona. Serge toma vino blanco. Damos una vuelta y volvemos ya que parece ser el único bar abierto del pueblo. A cambio tenemos que soportar a los lugareños cantando con el Karaoke (el Karaoke es una verdadera afición nacional). De camino al hotel vemos una disco...pero como no tenemos cuerpo para más, vamos a dormir.
Aquí abajo tienen una foto de un "tricicle", unos mini taxis locales. Y por cierto, en Viagan son de los más bonitos.

martes, 20 de julio de 2010

Último día en Manila




19 de julio de 2010

Serge pasa una noche casi en vela por el ruido de la calle. Por la mañana desayunamos en el café Adriático (600 Pesos-10 €). Serge toma "crèpe Suzette",

café y batido de mango, mientras que Emili se decide por un desayuno continental con

capuchino. De vuelta al hotel, preparamos las mochilas, las dejamos en recepción y nos vamos a visitar el paseo marítimo, el Centro de Cultura Filipino (CCP), y el "Coconut Palace" (Una excentricidad carísima de Imelda Marcos para acoger al Papa Juan Pablo II durante su visita). Todo eso bajo un sol radiante que va derritiendo poco a poco a Serge. Todos los edificios están cerrados (es Lunes!!!), y el muelle está un poco tristón por falta de gente.

Decidimos volver en taxi (60 pesos- 1 €) al Harbour View Restaurant, donde nos trataron tan bien la última vez y se estaba tan fresquito comiend

o casi en medio del mar. Serge repite "fish&chips" y Emili pide "mixed seafood" que resulta ser un especie de "

familia feliz" muy rica (900 pesos- 15 €). Volvemos en taxi (50 pesos- 90c) al centro comercial ( los taxis son baratos de verdad pero no hay que olvidar recordarles que metan el taxímetro) para averiguar si tenemos hotel en Vigan. Tomamos sendos cafés para aprovechar la conexión wifi con la que averiguamos que nos esperan en el "Villa Angela" de Vigan.

Vista de Manila desde el aeropuerto

Recogemos las maletas y nos vamos en taxi al aeropuerto (150 Pesos- 2,5 €). Terminal 3. Como aún no está abierta la facturación, tomamos unas cervezas en un italiano que tiene c

onexión wifi gratuita. Por cierto la contraseña es: "minestrone". Facturamos sin problemas y nos enteramos de que tenemos que pagar 200 pesos de impuestos al pasar el control de seguridad. Como Serge quiere ir a fumar, picamos algo en el bar para fumadores del aeropuerto. ¡JO! El avión lleva 50 minutos de retraso y ya son las 19:40.

Por fin salimos de Manila con 40 minutos de retraso y encima empieza a llover. A la compañía no se le ocurre otra cosa que ofrecernos unos paraguas (ver foto lateral). El embarque se convierte en un proceso lento y ridículo, por que ademas, sólo caen 4 gotas.

Cenamos algo en el avión y por fin llegamos a Laoag. Allí nos engancha un jeppney que nos lleva a la estación de guaguas. Como no preguntamos el precio nos clava 150 pesos (2,5 €). En la estación no son especialmente siompáticos pero nos confirman que hay guagua para dentro de 45 minutos. Precio razonable: 121 pesos por barba (2€). El trayecto dura 1 hora y media con lo que llegamos a Vigan a las 00:45 agotados. Cogemos un tricicle que nos lleva rapido al hotel (Villa Angela). Les despertamos y conocemos nuestra nueva casa: Una mansión que parece un museo algo decadente.Tenemos baño propio pero exterior. No está mal para los 1000 pesos que cuesta: 16€ con desayuno. A dormir!!!!

Excursión por el Volcán Taal




También falta por escribir

Llegada a Manila

Llegamos muertos al aeropuerto de Manila después de un vuelo bastante pesado y aunque no es muy tarde ya es de noche. La vieja terminal que nos recibe está bastante desvencijada y hace un calor horrible. Después de los típicos controles de pasaportes, la recogida de mochilas y de equivocarnos en la fila para el taxi (hay dos tipos de taxi, los caros de prepago que cuestan unos 600 pesos, y otro, de taxímetro que cuestan según el trayecto), conseguimos que nos lleve al hotel (Malate Pensionne), un taxista supersimpático que nos informa del tifón del día anterior (media Manila sin luz). Le pagamos 250 pesos (unos 4 euros incluyendo la propina). La Malate Pensionne es un hotelito, todo de madera, con habitaciones pequeñas pero correctas, con baño y aire acondicionado. Virtudes: está muy bien situado para salir de copas. Defectos: con lo marchosa que es Manila, tenemos ruido toda la noche. A parte, el aire acondicionado está anticuado y hace muchísimo ruido. Todo esto por 1400 pesos por noche (24 euros).
Vista la marcha, salimos a tomar una cerveza (San Mig) en el simpático café de al lado. Cenamos en el Café Adriático, otro café del barrio, bonito y algo caro para los precios de Filipinas.
Jueves 15 de julio.





Está por escribir.

sábado, 17 de julio de 2010

Londres y Dubai


Que nadie critique la falta de tildes...No se como se ponen con este teclado filipino. Bueno, aqui estamos en Manila, despues de haber pasado un dia en Londres, visitando otra vez el British y viendo como ganaba el mundial Espanya (la enye tampoco me sale) en un Pub de Horley. Despues pasamos un dia y una noche en Dubai...impresionante y extremo tanto el calor como el dinero que se gastan unos para llegar al colmo del mal gusto y de lo kitch. Alli nos quedamos en el hotel express holliday inn, que nos costo 54 euros la noche. Creo que fue una buena oferta que encontramos por internet hace ya bastante tiempo. Fuera del hotel, huimos del calor refugiandonos en el tren y los centros comerciales...







Como Mila critica la falta de fotos, aquí va una pequeña ampliación.




En estas foto podemos ver el British Museum desde el pub donde comimos y cómo estaba Picadilly Circus por la tarde antes del partido.


Al día siguiente usamos el servicio de transporte gratuito del hotel y llegamos al aeropuerto. El vuelo se nos pasa "volando" gracias a las pelis y a los juegos de ordenador. Buena comida de Emirates, lástima que el avión sea un poco antiguo y haya poco espacio entre las butacas. Llegamos a las 20:00 hora local, y a Emili le felicitan en el control de aduana por la victoria de la selección española. Nos equivocamos de parada y esperamos casi hora y media al transporte del hotel a 40º C. Al final vimos que la parada estaba en Salidas y no en Llegadas. Cenamos en el hotel Holiday Inn Express Airport (cena carita sobre todo la cerveza).

El hotel no está nada mal y el desayuno tampoco (56€ en temporada baja dan de si). Como el hotel está apartado de la ciudad utilizamos el transfer del hotel para desde el aeroupuerto ir en metro a la ciudad. Compramos una tarjeta de 20 dinares para el metro. Resulta ser muy practica y nos da para todo el día.