miércoles, 21 de julio de 2010

Vigan

Nos levantamos y desayunamos en la gran sala (ver fotos al lado). Nos sentimos como terratenientes a pesar de lo escaso que es el desayuno (como siempre en Filipinas parece que la mantequilla esté a precio de oro). La casa de día parece un verdadero museo y se nota menos la falta de limpieza.
Tras asearnos hacemos fotos de la casa por las que acabamos discutiendo un poco (el cansancio acumulado del jet lag va haciendo mella).
Salimos a pasear y comprobamos cuál encantadora es la ciudad,
aunque como la casa le vendrían bien algunas reformas. Hay calesas por todas partes que ayudan aún más a trasladarte al tiempo de la colonia española. Decidimos subir a una que se nos propone (150 Pesos una hora-2,5€). El chófer nos lleva a ver los principales monumentos como la catedral o una iglesia con un campanario del siglo XVI. Emili lo visita con un guía. Desde arriba las vistas son soberbias. También visitamos un museo que está en peor estado que nuestro hotel.



Empieza a llover bastante por lo que nos rendimos a las evidencias y compramos dos paraguas. Sacamos dinero (hay dos tipos de cajeros, los que cobran una comisión y los que no) y tras pasear un rato vamos a comer a un restaurante de la plaza de la casa Max's (un especie de KFC local). La comida es mediocre pero al menos tienen wi-fi gratis (la contraseña era fishfillet, se ve que les encantan los nombres de platos). Serge monopoliza el ordenador con lo que Emili se aburre y se enfada (segunda discusión del día). Tras hacer las paces, nos tomamos unas copas en el Café Leona (un restaurante pub Karaoke muy agradable y céntrico). Entramos en la casa del ex presidente Quirino y conocemos a su nieto (aunque la visita parece gratis damos 50 pesos, unos 90 céntimos de euros). La casa es inmensa y la segunda planta, la que se corresponde con la vivienda, es suntuosa.
Como seguimos con el sueño cambiado, nos vamos a dormir una siesta que dura dos horitas. Al despertarnos, salimos a tomar unas cervezas y cenar en el Café Leona. Serge toma vino blanco. Damos una vuelta y volvemos ya que parece ser el único bar abierto del pueblo. A cambio tenemos que soportar a los lugareños cantando con el Karaoke (el Karaoke es una verdadera afición nacional). De camino al hotel vemos una disco...pero como no tenemos cuerpo para más, vamos a dormir.
Aquí abajo tienen una foto de un "tricicle", unos mini taxis locales. Y por cierto, en Viagan son de los más bonitos.

3 comentarios:

  1. Je ne vois pas bien l'âne sur la photo mais il me semble familier: c'est toi, Serge?

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  2. mauvaise blague! excuses!
    Je viens de visiter le site de la villa angela à Vigan: ça a l'air vraiment luxueux pour ce prix là! l'occasion de voir d'authentiques vieux meubles philippins

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