"En estos cinco días hemos encontrado la prueba irrefutable de que Dios no existe... o al menos ese dios justo y bondadoso del que hablan los cristianos... ningún dios así podría concentrar tanta belleza en un solo sitio... decenas de islas con cientos de playas idílicas, paraísos a los que se accede por un hueco de no más de un metro, sitios de buceo exuberantes y todo prácticamente virgen"
Lunes 26 de Julio
Nos
levantamos al alba para desayunar super rápido y coger la van hacia el nido. La van no llega y tras quejarnos
a la recepcionista aparece otra van llenísima (creemos que distinta a la prevista) bastante incómoda(se aconseja reservar con antelación
si quieren un sitio cómodo en la van) . Nos toca sentarnos separados. Al lado de Emili está el Americano Marco de Nebraska y la extrovertida Bo de Seúl.
El viaje es pesadísimo a pesar de los maravillosos paisajes…más de 6 horas por unas carreteras que a veces son pistas llenas
de baches.
La llegada al Nido es gloriosa…Se empiezan a adivinar las islas Bacuit. Serge se queda en la estación con las mochilas
mientras Emili consigue reservar una habitación con vistas al mar en el Rosanna’s Cottages, que recomendaba la guía, pero sólo para dos noches. La habitación está en la 2nda planta y tiene un balcón enorme en primera línea de playa. No tiene aire acondicionado pero es muy agradable, nos cobran 1000 pesos por noche.
Comemos en lo que va a acabar siendo uno de nuestros lugares más habituales: el Ric’s Son. El bar tiene una decoración tropical, todo de madera, y por la noche ponen antorchas en la playa y mesas con manteles y velas. La comida es buenísima y las actuaciones en directo agradables. Reservamos el Tour A para el día siguiente en nuestro hotel (casi por todas partes ofrecen los mismos tours casi por los mismos precios). Dormimos un rato y nos bañamos en la playa. Buceando, descubrimos los espléndidos fondos…corales y peces que hay en la misma playa. Pasemos por El Nido que es un pueblito de 3 calles con la mayoría de locales en la misma playa, y ninguno de más de dos plantas. Predomina la decoración tropical, los balcones de bambú, los suelos de madera.
Cenamos en el bar más alejado de la playa, cuya comida resulta un poco mediocre y el ambiente un poco soso. Volvemos al meollo en el “Slug Bar” donde tomamos unas copas en la playa con música en directo como en el vecino “Ric’s Son”. Serge está agotado y se va adormir. Emili se toma un par de cervezas en la peculiar disco de El Nido. Está llena de chicas que buscan líos con los turistas.
Martes 27 de julio “Tour A” (600 pesos por barba- 10€)
Nos levantamos ilusionados con la excursión y desayunamos estupendamente en un bar en frente del hotel. La excursión la componemos nosotros dos, un
inglés y los dos tripulantes del barco.
Primero nos llevan a una isla cuyas vistas llegando son impactantes, pero nada que ver con las maravillas que nos esperan. El agua es transparente y deja ver unos fondos que quitan el hipo. Nos llevan por una especie de desfiladero de aguas turquesas con los laterales llenos de plantas. Vamos nadando hasta el “Lago pequeño”; todo es fascinante.
Hay cuevas a las que se accede sólo nadando indescriptibles. ¡Qué pena no tener una cámara subacuática! ¡Un paraíso!
Nuestra segunda etapa nos lleva a una especie de fiordo llamado “Lago grande”, también genial.
Luego nos llevan a comer a otra isla y nos proponen buceo mientras nos preparan la comida. Los fondos son de los que quitan el habla. Buceamos un montón de tiempo
hasta quemarnos la espalda por completo. Vemos todo tipo de peces de todos los colores del arcoíris. Los corales son inmensos y como no cubre ni tres metros de
profundidad, no hace falta ni meter la cabeza para apreciarlos. Comemos atún, ensalada y pos
tre. Es increíble que además de una visita inolvidable nos den de comer y todo por 600 pesos (10€).
La siguiente parada es en una playa preciosa con rocas muy abruptas. El guía nos
muestra un hueco en las rocas por donde hay que pasar. Serge se asusta y se queda en la playa. Tras el hueco se esconde un lago (“Lago secreto”) rodeado de paredes de piedra llenas de plantas. Arranca a llover muy fuerte pero da igual; el mar está muy
calentito y la belleza del lugar hace que nada importe. Al volver a la playa reaparece el sol. Allí descansamos un rato.
Nuestra última parada es en el Seven Comander, otra preciosa playa con bonitos fondos y que, para redondear la situación, tiene un chiringuito en el que tomamos cocos naturales y cervezas. El dueño, un manitas con el machete, nos esculpe una cuchara con la corteza del coco. Todo esto en medio de una interesante conversación entre unos filipinos, el americanos y la coreana que hacían las misma excursión con otra compañía, y nototros con el inglés (Oliver, como el guía).
Extasiados de tanto esplendor, y agotados por el buceo, volvemos al Nido con un sol radiante.
Buscamos donde alojarnos y cuando ya parece que hemos encontrado, nos comunican que no puede ser al llevar la ropa a lavar (el sitio hace también de lavcandería). Tras visitar varios sitio que no nos gustan mucho, encontramos una cabaña con aire acondicionado en el jardín de una casa frente al Ric’s Son. Es pequeña pero tiene buen baño y un balcón con sillas y mesa (900 pesos). La reservamos para el día siguiente.
Cenamos en el Ric’s Son, contratamos allí el Tour C. Vamos a la “disco” que aún está peor que al día anterior. Nos acechan las lobas. Llueve y nos vamos al hotel donde compramos los billetes de avión para Cebú (2100 pesos por barba) y Dumaguete-Manila (1300 pesos por barba). Llueve y nos vamos a dormir.
Ña envidiosa... ¡QUE PASADA! y además parece que sin demasiada gente, me recuerda mucho a la Malvarrosa.
ResponderEliminarcasi, casi lo mismo.
ResponderEliminarQue c'est beau!
ResponderEliminaroui, c'est beau...et c'est encore mieux en naturel
ResponderEliminarNiñossssssssssss...menudas playas, jooooo. Disfrutad muchísimo ( y poneos protección..solar, malpensados, ejem ). Un besazo
ResponderEliminarLo llamó PARAISO, pedazo de ateos.
ResponderEliminarSerge joe como te lo montas jejejejeje
ResponderEliminarBy:Un alumno tuyo